miércoles, 28 de septiembre de 2011

Pensar la profundización del Proyecto Nacional y la inauguración de Atucha II.



Foto: Vista panoramica de las centrales Atucha I y AtuchaII ubicadas en Zárate, Prov. de Buenos Aires.


Hoy por la tarde Cristina inauguró por cadena nacional de la central eléctrica Atucha II.
Hay dos lógicas militantes posibles para pararse frente esto.
Una de ellas es escuchar el discurso de Cristina y decir, “Que bueno, que grande Cristina”…”Gorilas la tienen adentro 51%, como gestiona este gobierno” “Viva Perón, etc”.
Escuchar el discurso, no cuestionarse nada, si total uno ya esta convencido, ya estamos con esté proyecto, todos la votamos en las primarias y la vamos a votar en octubre, ya está… No cuestionarse nada, no pensar. Seguir así, convencidos.
Esa lógica de acción, hace caer en una dinámica de constante respuesta, de contra ofensiva. La dinámica de 6, 7, 8; de Tiempo Argentino, dinámica contestataria. De esperar a ver que dice “Clarin y sus aliados” y recién ahí reaccionar.
Su problema no es que le “hablan a los convencidos”. Su problema es, que no se piensan a si mismos. No piensan el Proyecto Nacional y no se preguntan nada. 
Esa lógica de contra ofensiva es la que nosotros, como militantes, no debemos caer. Nosotros, y más aun con la coyuntura política actual, debemos estar siempre en una lógica de avance, de mayores transformaciones, de profundización de proyecto. De plantearnos preguntas, de pensar ...  “¿Por que estoy con este proyecto?” ”¿Por que lo sigo apoyando?” “¿Por que lo seguiría apoyando en el futuro?” “¿Cuáles son las transformaciones que hacen falta?”.

La otra forma sería pararse ante el discurso de Cristina de hoy con la lógica inversa, pensar el acto y plantearse algunas preguntas… “¿Por qué se hizo en cadena nacional?” “¿Qué tiene de importante la inauguración de una central nuclear?” “¿Esto es la profundización del Proyecto?” “¿Por que se gasto tanta plata en algo que solo va a incrementar en un 4% la cantidad de energía disponible para que usemos los argentinos?”
Hay algo clave para poder dar respuesta a estas preguntas, y es algo en que todos estamos de acuerdo, es una de las patas del proyecto nacional, que es un país industrial, un país desarrollado.
Para lograr esto son necesarias varias cosas. Una de ella son técnicos, muchos técnicos, una clase trabajadora altamente calificada; y la otra e imprescindible es Energía, mucha Energía.
“¿Por que mucha energía?” Porque las plantas industriales consumen mucha, como un barrio, como un pequeño pueblo.
La principal diferencias entre un barrio que serian nuestras casas y la industria, es que en nuestras casas consumimos energía solo cuando estamos en ellas. Cuando hace calor que prendemos ventiladores, el aire acondicionado, la heladera, consumimos más. Cuando hace frío, en invierno un poco menos… Esto produce una demanda fluctuante.
En cambio, en la industria es distinto. Si ponemos una maquina a operar queremos que produzca la mayor cantidad de horas posibles, y siempre consume lo mismo, es una demanda constante.
Esta aquí, la principal diferencia, la mas importante: ¿Hacia donde orientar la matriz energética de un país? … ¿Hacia los hogares? o lo que es lo mismo ¿Hacia un país productor de materias primas, sin valor agregado, sin industria (el modelo de Macri y de Biolcati!)? … O bien, ¿Hacia la industria? ¿Hacia un país con valor agregado? ¿Hacia un país desarrollado?
Si uno pone a funcionar un reactor nuclear, no se para nunca hasta que se agota su vida útil. Porque cuando se genero la reacción nuclear que lo hace funcionar es muy difícil detenerlo. La idea es no pararlo nunca, entonces toda esa energía que se inyecta al sistema debe ser consumida, no se puede almacenar de ninguna forma, requiere de una matriz productiva de demanda constante.
Entonces otra vez, “¿Qué tiene de importante la inauguración de una central nuclear?”, "¿Por que Cristina dijo que es “Clave” esta inauguración?" "¿Por que esto sería clave para la profundización del proyecto?"
Por lo dicho antes, colocar una central nuclear en la matriz energética Argentina apunta hacia a cubrir esa demanda constante que produce la industria, hacia un modelo productivo industrial, hacia un país desarrollado.
Sin esta energía no se puede seguir creciendo al 8% anual, porque sin esta energía no va a haber mas industria y porque sin energía podemos lograr ser un país desarrollado.
Por eso, la inauguración de Atucha II es un paso imprescindible para la consolidación del Proyecto Nacional. 


Matias Zeolla
CONVERGENCIA
Nacional y Popular

martes, 6 de septiembre de 2011

Acerca del populismo penal





Hola amigos! en esta entrega del blog queremos dejar una nota publicada en el día de la fecha en Pagina12, donde se expone de manera contundente los peligros que genera la manipulación de acontecimientos delictivos en la vida social.

Esperamos que les guste, y que aclare el panorama tan confuso que nos muestra la Tv.


Acerca del populismo penal


En ocasiones, las noticias sobre crímenes horrendos sacuden emocionalmente a las personas y la vida social en su conjunto. Sobre todo cuando la maniobra criminal impacta sobre víctimas indefensas y la maldad exhibe todo su sinsentido, su irracionalidad y su completo despropósito humanitario.

En esos escenarios suelen conjugarse emociones diversas, a veces contradictorias, de franca identificación para con la víctima y su drama. Suele asimismo suceder que esa identificación empática, espontánea y producto de una compasión profunda, sea aprovechada para potenciar determinadas políticas tendientes a dar repuesta a la sensación de inseguridad reinante.

Sea que ese clima de inseguridad resulte de hechos efectivamente producidos o bien de artificiosas y repetitivas maniobras mediáticas para acrecentar su dimensión y magnitud, lo cierto es que a esta altura resulta indispensable advertir sobre los recursos del llamado “populismo penal”.

Se trata de una tendencia caracterizada por la proposición de hipotéticas soluciones sencillas a problemas complejos, que propugna la sobreactuación de las diversas agencias del sistema penal para dar así respuesta a los problemas que plantean el crimen y la inseguridad.

Gravitando en forma irreflexiva sobre reclamos ciudadanos que son casi siempre medidos en términos de encuestas sobre la seguridad ciudadana, con frecuencia se traducen en leyes y políticas penales que pueden ser inicialmente rentables, pero apenas pueden esconder su carácter de antidemocráticas, selectivas e ineficaces.

El populismo penal constituye, además, la estrategia que despliegan los actores políticos y penales para intentar calmar el clamor popular en contra de la impunidad mediante llamados al aumento de las penas, el endurecimiento de los castigos, la disminución de la imputabilidad penal juvenil, y una serie de leyes que posteriormente, a la hora de su implementación, carecen de un impacto real en la prevención y disminución del delito.

Propugna la disminución de las garantías jurídico-procesales, se orienta al combate de la criminalidad como cruzada contra el mal y considera al Derecho penal como remedio de todos los males sociales, generando la ilusión de que es posible solucionar ciertos problemas mediante la intervención del sistema penal.

El populismo penal propone así que el Estado se vuelva más severo contra el crimen, apuntando a medidas politizadas que privilegian la opinión pública sobre las visiones de la Justicia penal ensayadas por expertos y elites profesionales. Es decir, sus propuestas son formuladas por grupos de acción política y consejeros políticos en vez de ser producto de las consideraciones efectuadas por investigadores, académicos o funcionarios del área.

La situación de las víctimas posee un interés especial para esta línea de pensamiento y praxis político-criminal, a punto tal de priorizarla como la perspectiva desde la cual debe ser observado y analizado el fenómeno del crimen y de la inseguridad.

Sin embargo, tal como lo afirma Roberto Gargarella, quienes reivindicamos un Derecho penal más democrático no tenemos que aceptar la idea según la cual quienes están mejor situados para decir qué respuesta corresponde dar, frente a un crimen, son las víctimas o sus allegados.

Y tal cosa por cuanto “si bien es imprescindible cuidar, proteger, amparar a las víctimas, darles contención, trabajar para reparar las pérdidas que han sufrido, lo cierto es que ese máximo respeto no requiere ni implica convertir a aquéllas en lo que no son; es decir, en autoridades en materia penal. Más bien lo contrario: es difícil que pueda surgir una norma justa desde la entendible indignación que genera el crimen sobre quienes lo sufren desde más cerca”.

En climas sociales consternados por algunos crímenes que desafían la condición humana es imprescindible que la respuesta estatal no se descarrile por fuera de los márgenes de la legalidad penal. Además de eficaz, rápida y contundente, dirigida al descubrimiento de la verdad y a la atribución de la responsabilidad criminal resultante, la reacción de las agencias del control del delito debe evitar menoscabar su legitimidad, recurriendo a formas de venganza que desnaturalicen su independencia y su neutralidad en el procesamiento del conflicto.

No deberíamos perder de vista que, en última instancia, a eso conducen las manipulaciones de quienes se valen de discursos que exaltan las respuestas penales extremas, por fuera y en contradicción con las medidas de persecución inherentes al Estado constitucional de Derecho.

Por Martín Lozada - Juez Penal. Catedrático Unesco en Derechos Humanos, Paz y Democracia por la Universidad de Utrecht, Paises Bajos.


Rodrigo Cabrera - Convergencia