lunes, 8 de agosto de 2011

Desfile de las formas


"En el mundo de las formas, lo bueno y lo verdadero debe necesariamente ser bello, porque sino ¿donde esta la democracia?"

Analogías, supuestas similitudes, forzadas igualdades traídas desde campos distintos y que por sus inteligibles parecidos, podemos pensarlas en conjunto, una al lado de la otra, como la misma cosa.

Así se es percibido el mundo de las formas, de lo que parece que son las cosas que en realidad son. Pero detrás de esta manera de pensar, creo yo hay un gran error y yo hoy quiero denunciar.

Ante la mirada rápida de un despistado, si hablamos de cosas que son similares no tendrían porque ser otra cosa que eso, iguales. Y cuando digo iguales digo con todo el peso de la historia del pensamiento occidental: iguales de buenas e iguales de verdaderas. Y parecería que falta algo, para completar el edificio helénico y si queremos llegar a algún lugar, estas cosas similares deben de ser bellas.

Y si, desgraciadamente sí. Lo que sucede es que en el mundo de lo análogo, en el mundo de superficial, de las primeras vistas, de lo finito y lo vulgar, el mundo de lo que no huele, el mundo de lo que no quema, ni da frío, en el mundo de las formas, lo bueno y lo verdadero tiene necesariamente que ser bello, porque sino ¿donde esta la democracia?.

Por ello aquí, cuando solo "meditamos" frente a las formas, la belleza es la condición suficiente para que la cosas que ya son (vaya a saber uno porque de una manera u otra) buenas y verdaderas sean finalmente, democráticas.

Lo bueno, lo bello y lo verdadero forman una nube de pensamiento, un mismo concepto que tiene dentro una vulgarización de la idea correcta de democracia.

Entonces parece ser que la belleza esta ahí, perfecta e incuestionable, pues es cierta mucho antes de ser bella.

Y por eso es una belleza que es mirada, pero jamas mira, una belleza impertinente, una belleza arrogante...

Acabemos ya, acabemos... Este desfile de formas esta vacío de todo, vacío. Es un desfile de prejuicios, de falsas similitudes y equilibrios, de pensamientos equivalentes por su equivalencia nomás y de una democracia inventada donde no existe, de una libertad donde no existe, de una belleza concluyente, derivativa.

¡Gritemos! ¡Sepamos! ¡Pensemos! Solo son un desfile de formas, solo formas, sin siquiera cuidar las formalidades.

elultimodecimaldepi

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