Muchas veces en ámbitos ajenos a la construcción política, los militantes -ya sean peronistas o no- nos cruzamos con la titánica tarea de explicar un fenómeno tan complejo como es el peronismo desde su comienzos aquel 17 de octubre hasta hoy en día. El peronismo como todos los movimientos de masas esta lleno de contradicciones, producto de las distintas vertientes ideológicas y clases que lo conforman. Estas contradicciones deben asimilarse como tales, como contradicciones características de un movimiento de masas amplio y plural.
El error está, pienso yo, cuando los militantes nos ponemos a justificar estas contradicciones. Queriendo dar explicaciones a cosas que no las tienen y se terminan asumiendo estas contradicciones, del movimiento en su conjunto, como propias de los individuos que lo conforman.
¿Cual sería el problema?¡No las justifiquemos y listo! Digamos: Si, es un movimiento con contradicciones ¡¿Y?!.
El problema es, que por culpa de las contradicciones propias del movimiento se cuelan figuras que no pertenecen, ni defienden intereses del pueblo, los intereses que se hicieron luz aquel glorioso 17 de Octubre de 1945.
Estos infiltrados que están allí por el único móvil de la ambición mercantilista, monetaria y personal.
Al defender o justificar estas contradicciones con argumentos personales (no subjetivos, sino queriendo defender puntualmente a estos infiltrados) se termina teniendo que dar explicaciones de por qué figuras ajenas al campo popular forman parte del movimiento.
Menem surgió de las entrañas propias del peronismo, llego a ser presidente y fue reelecto todo dentro de la estructura del Partido Justicialista, y en el mejor de los casos es una rata que vendió y entrego el país. Evita lo llamaría cipayo vende patria.
De Narvaez jamás ha trabajado. Jamás. Nunca sintió la explotación en el cuerpo de vender su fuerza de trabajo, proviene de una familia de mercaderes y se dice Peronista.
Entonces, como escapamos a la dicotomía la de que, por la por la propia lógica de un movimiento de masas, este tendrá contradicciones intrínsecas. Y debido a ello, se colarán ciertos individuos que atenten contra los propios intereses del movimiento.
Creo yo, que la única forma es exponerlos ante el movimiento mismo. Como primer punto, no justificar a los infiltrados. Que el movimiento tenga contradicciones no significa que los individuos que lo integran deban tenerlas a nivel personal.
Figuras del pasado, que fueron presidentes sin legitimación del voto popular y hoy se presentan como los salvadores de la Patria (lease Duhalde y su tropa!). Que no defienden los intereses de la clase trabajadora, ni de los compañeros mas postergados, sino los propios.
Estos deben quedar expuestos en sus contradicciones personales/individuales, ellos no son el movimiento nacional y popular que es el Peronismo.
Ellos no son mas 'que el pasado que quiere volver, por amor propio'.
Matias Zeolla
CONVERGENCIA
Nacional y Popular
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